Pero quien más sufre de los juegos de Seki-kun, es su compañera y vecina de al lado Rumi Yokoi. Una chica de pelo plateado que se distrae aún más por las ocurrencias de Seki.
Rumi trata siempre de prestar atención y tomar apuntes en clase pero cuando ve las cosas que Seki-kun saca de su mochila y las cosas sin sentido que se pone a hacer con ellas una serie de pensamientos internos inundan a Rumi lo que hace que se pierda la clase.
Así vemos como Seki se pone a jugar con piezas de Dominó, de Go, de Shogi, a lustrar su escritorio y quizá el de mayor gusto para Rumi, con unos muñecos robot que simulan ser una familia.
Este anime demuestra que para situaciones comicas no es necesario de grandes diálogos o toda una historia de transfondo. Nunca vemos a Seki entablar conversación o decir una palabra. Basta solo con las expresiones y la imaginación de Rumi para divertirse.
Usualmente casi al final del episodio (es una serie corta y los episodios no duran más de 10 mins) vemos como Rumi se mete en problemas con el profesor por su falta de atención en clase, pero que todo es por culpa de Seki.
Un anime que me gustó mucho por su simplicidad y comicidad (la voz de Rumi me encantó) que recomiendo si deseas variar un poco de los animes tradicionales de hoy en día.
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